Las amistades

Hoy vamos a hablar un poco acerca de las amistades. ¿De qué hablan tanto? se podría preguntar un padre sobre su hijo adolescente que ha estado en el teléfono por una hora con su mejor amigo al que no ha visto desde hace dos horas. Los adolescentes son más hábiles que los niños pequeños para expresar lo que piensan y sienten, son menos egocéntricos y pueden ser más susceptibles a los sentimientos y pensamientos que sus amigos comparten con ellos.

El respaldo emocional y el compartir confidencias son vitales en las amistades entre mujeres durante la adolescencia y en su vida posterior. Los hombres tienden más a contar con amigos que las mujeres, pero sus amistades son rara vez tan cercanas como las de ellas. La intimidad y la confianza de la mejor amistad llenan el vacío creado por la separación de los padres o algún problema familiar.

¿Cómo escogen, entonces, a sus amigos? Tienden a escoger amigos que son muy parecidos a ellos y una vez que se vuelven amigos influyen los unos en los otros para parecerse más. Esta necesidad es la tendencia de los adolescentes a imitar el comportamiento del otro y la influencia de la presión del grupo de iguales.

¿Tiene mi hijo una mala influencia?

Por demás está decir que los padres queremos lo mejor para nuestros hijos y que les entregamos lo mejor siempre que podemos, pero ¿qué ocurre cuando nuestros hijos no eligen lo más adecuado para ellos o cuando eso que eligieron es una amistad contra la cual sentimos que no podemos luchar? Generalmente los padres son los primeros en darse cuenta de que una influencia negativa está afectando a su hijo.

¿Cómo saber si nuestro hijo está teniendo una mala influencia? Podemos saberlo si notamos que nuestro hijo que siempre fue de una determinada manera comienza a cambiar, si lo que antes le interesaba ya no tiene importancia para él, si las amistades de toda la vida se tornan distantes y si empieza a rechazar actividades familiares. Debemos estar alerta.

Las amistades sanas tienen el componente básico de la libertad y del respeto por los otros, dos aspectos que en este tipo de amistades no se dan sino que pasa al contrario, no se respeta al otro en su legítimo derecho de ser diferente.

Conozca a los amigos de sus hijos

Cuando un adolescente posee una mala amistad se distancia de su familia, y con ello los padres pierden poder de influencia sobre su hijo y todo el mundo a su alrededor. Por eso, deben conocer a las amistades de sus hijos de manera natural y espontánea, ya que así podrán evaluar en la práctica qué está sucediendo con su hijo.

Hay que tener presente que a una determinada edad los niños van a valorar fuertemente lo que piensen, digan o hagan sus amistades y que uno como padre tiene que meterse en su mundo, incorporarse, facilitarles el contacto y las reuniones, porque de lo contrario simplemente se quedará fuera del sistema, aumentará la distancia con su hijo y disminuirá las posibilidades de intervenir. Acércate a tu hijo, si notas que está siendo mal influenciado por un amigo, estos consejos podrían servirte:

  • Acerca la relación al máximo, es decir, afirma el vínculo, para hacerlo lo más estrecho posible con tu hijo, para esto hay que aprender a conversar mucho con él, pregúntale cómo se siente, cuáles son sus amigos y por qué, que le gusta y que no le gusta de cada uno de ellos.

  • Ayúdalo a ver en un equilibrio de fortalezas y debilidades a todos sus amigos y a sí mismo, que conozca el rol que él juega en el grupo de amigos.

La presión grupal es tal que muchas veces tus hijos, con tal de ser aceptados por ese grupo de amigos, van a tratar de hacer lo que ellos hacen para no ser los raros y para ser aceptados. Por ejemplo, si los amigos fuman o toman alcohol, ellos lo harán, si les gusta cualquier otra desviación moral o sexual.

Ellos no desean ser rechazados, tienen un pavor y un terror en sus corazones de verse rechazados, cambiarán su manera de hablar tal como habla el grupo, cambiarán su manera de vestir tal como visten sus amigos, cambiarán sus maneras y hábitos en casa, sus reglas de conducta, su manera de ser; esa transparencia e inocencia que había en la niñez al hablar con sus padres de lo que sentían o lo que les afectaban desaparece instantáneamente.

¿Qué hacer cuando tu hijo elige malos amigos?

Vemos por qué las amistades pueden ser profundamente una gran influencia para cambiar para mal o para bien a tu hijo. Recuerda que las malas compañías corrompen las buenas costumbres. Cuando nuestro hijo está rodeado de malas conductas y en su grupo es lo normal, con tal de ser aceptado en el grupo él copiará las malas costumbres.

Por eso es muy importante que descubras qué le atrae a tu hijo de esa amistad y por qué lo encuentra tan admirable; trata de reflexionar con él acerca de la amistad en general y luego de cierto amigo en particular. Los adolescentes sufren la presión grupal, se sienten obligados a copiar el comportamiento del amigo. ¿Qué debes hacer cuando tu hijo adolescente elige malos amigos?

Cómo alejar a tu hijo de las malas influencias

Hay muy pocas cosas que uno puede hacer para separar a su hijo adolescente de los malos amigos y las malas influencias. Aquí hay una pequeña guía, no una solución, de lo que los padres pueden hacer; si la sigue puede disminuir los problemas.

No ataques a los amigos de tu hijo: cuando tu hijo anda en malas compañías tu influencia sobre él es mínima o inexistente, lo último que necesitas es un enemigo, si atacas a los amigos de tu hijo eso es precisamente lo que conseguirás, un enemigo.

Este enemigo irá contra ti y tendrá más influencia sobre tu hijo que tú, si hablas mal de ese amigo su amigo lo sabrá minutos después de que salga de tu boca y habrás hecho un enemigo en un momento en que necesitas todos los aliados posibles.

Busca ayuda: como parte del crecimiento tu hijo está tratando de separarse de ti y forjar su propio camino. Esto es normal, pero esa separación sólo te incluye a ti, no a otros adultos, esto te da la oportunidad de influir sobre él de forma indirecta. Deberás tratar de encontrar a un adulto o joven responsable que tenga una buena relación con tu hijo, puede ser un miembro de tu familia, alguien de la escuela o de la comunidad.

Sin embargo, recuerda que si tu hijo confía en un adulto responsable no debes presionar a éste para que te revele sus conversaciones, tienes derecho a obtener información general, si tu hijo está bien o qué le está pasando, si está pasando por un momento difícil. Pero si presionas demasiado, podrías dañar la relación entre esa persona y tu hijo.

Conoce a sus amigos: este es un consejo arriesgado pero generalmente funciona bien, deberías conocerlos personalmente. Puedes sacar buenas ventajas de esto, tal vez descubras que los niños con los que tu hijo se junta no son tan malos como pensabas.

En una ocasión una madre se acercó a una consejería diciendo: “desde que mi hija se junta con Juanita, su vida ha cambiado totalmente, ya no es la misma”. Yo le di un consejo: “conoce a Juanita, acércate a ella”. La mamá tenía el deseo profundo de ayudar a su hija y logró hacer una amistad con Juanita a tal grado que empezó a abrir su corazón con esta mamá.

Le dijo: “me siento muy sola en el mundo”, entonces ella le preguntó: “¿qué has sufrido? Si tienes libertad puedes contármelo”. “Bueno, lo que más me afecta es que mis padres están separados, tengo todo para ser feliz pero me siento muy rechazada y esto me lleva a conducirme mal. Tengo muy mal humor, no me gusta juntarme con toda la gente, tengo muy pocas amigas, soy muy enojona, critico a los demás, me gusta vestirme así para que mi papá se enoje, etc.”

Las ventajas de conocer a sus amigos

Recuerda, la adolescencia es difícil, los jóvenes tienden a tener problemas y es muy posible que logres descubrir que los amigos de tu hijo son niños básicamente buenos, que están pasando por malos momentos.

Puedes elegir una ocasión especial, el cumpleaños de tu hijo por ejemplo, para decirle: “quiero llevarte a un buen restaurante a celebrar, invita a tus amigos”. Las ventajas de estar cerca de sus amigos es que descubrirás que los juzgaste mal, le darás a tu hijo el mensaje de que sus amigos son bienvenidos y les dará el mismo mensaje a ellos. Tal vez seas el único adulto que los está tratando como personas, vas a ganar algunos aliados que están en buena posición para ayudarte cuando los necesites.

¿Qué es la comunicación?

Quienes deben fomentar la comunicación son los padres. Son ellos quienes deben crear una atmósfera de confianza para que el hijo pueda acercarse a ellos. Pero, ¿qué es la comunicación?

La comunicación es “el trato, la correspondencia entre dos o más personas”. Cuando hablo de corresponder me refiero a atenderse recíprocamente. En la familia es atenderse y amarse mutuamente.

Papá y mamá, ¿cuál sería el propósito de comunicarte con tu hijo? Hay personas que dicen que la comunicación tiene varios propósitos entre los que están el proporcionar información, instrucción y orientación sobre los diversos aspectos de la vida. Todo esto le ayudará al hijo a tomar decisiones mejores y más prudentes para su bienestar.

La comunicación de un padre es sentarse a hablar con los hijos en diferentes situaciones que pueden enfrentar en su vida, como la sexualidad, problemas con las adicciones, resolver los problemas en la escuela, resolver los problemas con sus amigos, etc. Esto es parte de la comunicación.

Criar incluye enseñar a tener dominio de hábitos, a saber diferenciar lo de lo malo y lo bueno, enseñar a dominar sus sentimientos, a usar la razón y a tener principios estables. Cuando un padre transmite su experiencia a su hijo le enriquece la vida, ya que el hijo se siente amado y tomado en cuenta.


La comunicación entre padres e hijos

Uno de los puntos más complejos que los jovenes externaron es la falta de comunicación con sus padres. También nos platicaban lo que pasa en sus casas y sus sentimientos, ellos pasan por situaciones difíciles y nos preocupa que no tengan comunicación con sus padres o que cuando la busquen no la hallen. Sólo encuentran una falta de amistad muy grande y eso les duele.

Cuando ellos externaban su necesidad se les llenaban los ojos de lágrimas y se notaba su tristeza y dolor. ¿Podemos platicar con usted? -decían- es que nunca hemos hablado con una persona adulta, y la verdad queremos platicar con alguien más grande. En esas expresiones dejaban entrever que, si bien es cierto que platicaban con muchos compañeros de escuela, también necesitaban a alguien con cierta madurez, alguien que pudiera explicarles de manera más clara los problemas de la vida.

Entre los jóvenes existe amistad y compañerismo, hay planes y compromisos a veces muy fuertes, pero ellos saben que necesitan una ayuda, un consejo maduro y centrado, un consejo que esté basado en la experiencia.

En muchos casos el padre no está presente, se fue con otra mujer o a otro lugar a trabajar y tal vez los hijos nunca lo conocieron; tampoco tienen una buena comunicación con su madre, ya que trabaja, tiene muchos problemas o está batallando.


¿Qué deben hacer los padres?

Para empezar, usted debe estar disponible, no me refiero a estar presentes en casa sino a tener tiempo para los hijos, que en el momento en que ellos se acerquen usted tenga la disposición de sintonizarse con él de manera rápida a la conversación. A lo mejor usted está trabajando en algo importante, pero debe dejar todo y atender a su hijo; que usted esté al alcance para su hijo.

Si se quiere establecer una buena comunicación, se debe aprender a escuchar. Muchos padres se adelantan para dar su opinión y no dejan que sus hijos hablen. Hay que aprender a darles su lugar, déjelos que se expresen; hay que dejarlo hablar y razonar con él.

La situación que más les dolía a los jóvenes con los que platicamos era que los padres los acusaban a su hijo de drogarse, de andar mal, de beber, de ladrón y mentiroso, entre otras cosas, aún cuando no era cierto. Ellos le creían más a la gente que a sus hijos, no investigaban, simplemente regañaban.

El día de mañana el muchacho hará lo que usted le está reclamando y dirá: “antes no bebía, pero ahora sí voy a beber” y empezarán a hacer aquello de lo cual se les acusaba y no hacían. No lo justifico, estas son cosas que hace un adolescente desesperado, lleno de soledad, quien en su molestia y enojo hasta quiere darle un golpe a su padre.

Demuestre empatía, las personas que tienen una buena comunicación demuestran empatía, tratan los asuntos como si fueran suyos, es decir, ¡póngase en los zapatos del muchacho! Eso le hará saber al joven cuánto le importan a usted sus problemas y sentimientos. Muchos padres son insensibles a lo que los hijos sufren, no los entienden, se olvidan de que ellos fueron jóvenes también y no sienten esa empatía por ellos. Por lo tanto, los tratan de una manera áspera.

El que tiene una buena comunicación, demuestra empatía, sabe comprender, pero no hace cosas injustas, sabe entender los sentimientos del otro. Además, los que tienen una buena comunicación explican con claridad lo que quieren decir; puede haber muchos malos entendidos en las pláticas, usted asegúrese que la comunicación con su hijo sea clara, cerciórese que en verdad entendió.

Sea coherente entre lo que dice y hace, si va a regañar al muchacho tiene que adoptar una posición seria, si va a enfatizar algo que es muy serio no juegue para no confundir al hijo, si está contento, aplauda o ría. Sea coherente, transmita la información tanto en sus actos como en lo que dice, eso le dará al muchacho un parámetro acerca de cómo está usted tratando el punto, porque si lo está regañando y riendo puede confundirlo.


COMUNICACIÓN



Los problemas de comunicación en la familia destruyen su unidad. La comunicación son los lazos que unen a sus miembros; sin ella, no hay familia.

Los problemas más comunes son la ausencia de comunicación y la mala comunicación.

Pueden suscitarse tanto entre padres e hijos, como entre esposos.

Terribles consecuencias en la familia

Quien pretenda ser mejor padre o mejor esposo, ha de buscar mejorar la comunicación. - Jessey Mc Dillan,
Psiquiatra
de Niños y Adolescentes

Entre esposos, la falta de comunicación enfría la relación. Hace que ambos cónyuges se vuelvan egoístas y se olviden de las necesidades de su pareja. Les hace pensar que no son importantes para su cónyuge y poco a poco, los va alejando hasta volverse indiferentes.

Entre padres e hijos, la falta de comunicación destruye la autoestima en los hijos provocándolos a buscar aceptación en ambientes inapropiados para ellos.

Investigaciones recientes revelan que:

  • La falta de comunicación con los padres, es causa principal de depresión juvenil.
  • Los hijos que no tienen cercanía con sus padres son los más propensos al uso inmoderado de alcohol, abusar de las drogas y practicar el sexo promiscuo.

Consejos prácticos para mejorar la comunicación

  • Valore a cada integrante de la familia y dedíquele el tiempo necesario.
  • Aprenda a escuchar, no interrumpa, ponga atención e interés en lo que le platican.
  • No deje pasar un día sin platicar con su esposa las necesidades y problemas que se suscitaron en el día.
  • Esté disponible para sus hijos y cónyuge.
  • Controle su tono de voz, no grite ni se precipite, hable con paciencia. Sus hijos seguirán su ejemplo. Muéstreles que lo mejor es hablar, no la violencia.
  • Demuestre empatía, como si los problemas que escucha fueran propios.
  • Sea humilde y platique sus problemas.
  • Estreche lazos con los amigos de sus hijos.
  • Fomente la unidad familiar: de preferencia comer juntos a cierta hora todos los días, un paseo familiar por semana. Juegue con sus hijos, cene a solas con su cónyuge.

Sugerencias para incrementar la comunicaciónSugerencias para incrementar la comunicación



Lo primero que debemos hacer es buscar oportunidades para comunicarnos con nuestros adolescentes. Si estamos en distintas ciudades, es muy difícil que podamos comunicarnos, ¿no? Lo mismo sucede si él pasa todo el día en su cuarto y tú estás ocupado(a).

Involucrarte en las actividades que son de su interés. Ir de compras con ella, jugar juntos fútbol, ir a pasear juntos, etc.

Platicar con tu adolescente sin pretender ninguna otra cosa más que platicar con ellos. Para que cambien su actitud, para decirles que están haciendo algo mal o para convencerlos de la importancia de ciertas actividades.

Cuando platiques con ellos, que tu único objetivo sea platicar.

Un ejemplo es: una muchacha le comenta a su mamá que una amiga de su prima, de 16 años que había tenido un bebé, está embarazada nuevamente. Esta plática resulta en un largo discurso acerca del trato con los muchachos y del sexo.

En este caso la muchacha sólo quería platicar con su mama, pero en vez de eso recibieron un sermón. Cuando los adolescentes tratan de conversar con sus padres y reciben este tipo de respuestas.


No hay publicaciones.
No hay publicaciones.